Otra vez domingo...y hemos sustituido la resaca por un día de tiendas. Al principio no me hacía mucha gracia...pero las chicas de la resi me han convencido. Y aunque me duela, debo reconocer que tenían razón. Hemos ido en metro tras hacer una de las nuestras para no pagar la libra extra que cuesta llegar hasta allí (está en la zona 2).
Nada más salir del metro me he dado cuenta de que aquella zona sería probablemente la que más me gustaría de toda la ciudad, y con razón: aquello es digno de un análisis social, psicológico, psiquiátrico y todo lo que haga falta. Crestas, cadenas, punkys... ¡me he sentido pijo por primera vez en mi vida! Me he gastado en una tarde más dinero del que imaginaba: regalos para todos y muchísimos souvenirs (algunos los he tomado prestados, pero nada, algún llaverito sin importancia)...
Nada más salir del metro me he dado cuenta de que aquella zona sería probablemente la que más me gustaría de toda la ciudad, y con razón: aquello es digno de un análisis social, psicológico, psiquiátrico y todo lo que haga falta. Crestas, cadenas, punkys... ¡me he sentido pijo por primera vez en mi vida! Me he gastado en una tarde más dinero del que imaginaba: regalos para todos y muchísimos souvenirs (algunos los he tomado prestados, pero nada, algún llaverito sin importancia)...
Hemos oído por ahí que los pubs de esa zona son muy famosos, pero, la verdad, no nos hemos atrevido a quedarnos allí hasta más de las 6 de la tarde... Sinceramente, ¡daba miedo! Os recomiendo que no miréis fijamente a los ojos a nadie (aunque sea muy tentador inspeccionar sus pintas...)
En fin, tendremos que repetir la experiencia y comprobar si es cierto lo de los pubs, eso sí, ¡con un par de guardaespaldas!
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