jueves, 13 de noviembre de 2008

Día de celebración

Ayer fue un gran día, y no solo porque era mi santo, sino porque me prepararon la mejor fiesta sorpresa que se puede organizar. Me estuvieron entreteniendo toda la tarde, llevándome de compras (con lo que yo odio las compras), mientras ellos se dedicaban a hacer la sangría, las tortillas y hacían las últimas compras. Cuando entré en la cocina y vi todo aquello, he de reconocer que no lloré por vergüenza, además, me han escrito unas cartas...
Me han regalado unos patines. Aquí hemos puesto de moda ir patinando por las zonas de ocio para hacer deporte y combatir el frío (la bicicleta se nos escapaba del presupuesto). En fin, la fiesta, como puedes imaginar, acabó genial. Se apuntaron muchísimos ingleses que todavía no habían probado la sangría y por supuesto, les encantó.
El bar de enfrente de nuestra resi, popularmente conocido como El Bar de Philip, nos acogió como cada noche y no tuvo ningún problema en poner la música española que le llevamos.
PD: un día como el de ayer no pude evitar acordarme de mi familia, les echo mucho de menos y seguro que están pasándolo genial en España. ¡Algunos ni siquiera se acordaron de mi santo eh! Pero estoy contento porque ella sí que se acordó....

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