jueves, 27 de noviembre de 2008

Hyde Park


Totalmente recuperado de mis constipados y pérdidas entre los laberintos del Tube, regreso para reflexionar acerca de la calidad de vida londinense. He de reconocer que cuando llegué aquí, además de ver lo preciosa que puede llegar a ser esta ciudad, empecé a darme cuenta del estrés y la rapidez con la que se mueve la gente. Cabezas agachadas, maletín en mano, la gente corre por la calle, por el metro, no se sienta en las cafeterías y prefiere comprar la comida para llevar. El metro puede ser un buen lugar para comer, teniendo en cuenta lo caros que resultan los restaurantes y la prisa que suele tener la gente.

No obstante hoy he cambiado mi concepción sobre esto. He visitado Hyde Park y he descubierto cómo puede haber un gran paréntesis dentro de una ciudad tan grande como esta. La gente come, descansa, hace la siesta, charla, juega, hace deporte...los niños disfrutan del tiempo con sus padres, e incluso algún grupo hace aerobic en medio del parque. Un parque que cuenta con kilómetros y kilómetros de césped, de árboles, con un lago enorme, miles de flores perfectamente cuidadas... Algo que parece imposible encontrar en España.

He descubierto que calidad de vida no es sinónimo de playa, sol y vacaciones. Calidad de vida es saber aprovechar cada minuto libre, saber que hay muchas cosas por hacer y mucho que ver a tu alrededor.

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